A pesar de que ya hemos superado la crisis económica en nuestro país, sigue habiendo paro. Y nuestra profesión, como muchas otras, no se queda atrás. De hecho, en mi opinión, los maestros y maestras somos los que más negro tenemos el futuro.
Los motivos podrían ser que es una carrera muy demandada (en mi aula somos unos 70 estudiantes), en la que hay poca oferta, ya que normalmente los profesores que consiguen una plaza intentan que sea fija, y en la que se van reduciendo cada vez más los puestos de trabajo porque se intenta juntar muchos niños en el mismo aula.
Y, aunque seguramente la mayoría de las personas que estamos estudiando Magisterio Infantil no encontremos trabajo, igualmente hemos querido hacer este grado universitario. En mi caso, ha sido por vocación, y aunque sé que está difícil, mi objetivo es trabajar de esto.
No solo es difícil encontrar trabajo siendo maestros, sino que, cuando lo hacemos, no cobramos lo suficiente (en mi opinión).
Tengo la esperanza de que en el futuro se amplíen los puestos de trabajos relacionados con la educación. Para ello, pienso que se debería dividir a los alumnos en grupos más pequeños, que además es más conveniente para ellos. Y también se debería valorar mucho más nuestro trabajo.
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