Como todos sabemos, la educación ha ido cambiando a lo largo
del tiempo, adaptándose a la sociedad presente en cada momento. La escuela que
han conocido nuestros antepasados (si es que han tenido la suerte de acceder a
ella) dista mucho de la que conocemos nosotros. O eso es lo que pensamos,
porque, si lo analizamos bien, no ha cambiado tanto. Pero eso es otro tema.
Lo que no podemos negar es que la educación ha ido considerándose cada vez más
valiosa. Esto ha ocasionado que se intente mejorarla en todos los aspectos
posibles. Algunas mejoras han funcionado, pero otras, sin embargo han
resultado inútiles.
Pero el tema que a mí me interesa es el de las nuevas tecnologías (que ya no
son tan nuevas) dentro de la educación. Ricardo Fernández, uno de nuestros
profesores de la asignatura, siempre nos cuenta anécdotas relacionadas con cómo
ha cambiado la forma de trabajar en el aula con la llegada de aparatos
electrónicos. Antes, tanto el docente como los alumnos y alumnas, usaban en
clase instrumentos tradicionales (como la pizarra de tiza, cuadernos...). Sin
embargo, ahora es difícil entrar a una clase y no encontrarte con una pizarra
digital. Imagino que en el momento en que las instalaron pensaron que era muy
novedoso, que los alumnos trabajarían mucho mejor y las clases serían
diferentes. Por eso no solo las pusieron en la Universidad, sino en la mayoría
de colegios e institutos. También en estos lugares ya habían añadido
anteriormente aulas con ordenadores y televisiones fáciles de transportar.
Pero, ¿es suficiente introducir en el aula una pizarra digital para cambiar la
educación?
La respuesta, en mi opinión, es que no. No sirve de nada poner aparatos
tecnológicos en las aulas si los propios maestros no los saben utilizar, los
utilizan mal, o directamente se niegan a usarlos.
Cuando digo que los utilizan mal me refiero a que lo transforman en un material
tradicional y, con la excusa de que es tecnológico, no se molestan en innovar
de verdad. De hecho recuerdo que, en clase de matemáticas en primaria, el
profesor en vez de escribir los problemas en la pizarra de tiza, los escribía
en la pizarra digital. Y ese fue el único uso que la damos.
También hay profesores que, en lugar de dar ellos la clase, ponen vídeos de
Internet en la pizarra digital donde aparecen otros profesores dando esa
lección. Quizá no se den cuenta de que no han hecho nada nuevo, no han cambiado
nada.
Por supuesto que no quiero quitar importancia a los profesores que sí las usan
correctamente, con un fin totalmente justificado y que verdaderamente mejora el
aprendizaje de los alumnos y alumnas. Así deberían usarse siempre, pues las
TIC pueden ser muy beneficiosas si se saben aprovechar.
jueves, 17 de febrero de 2022
Las TIC en la Educación.
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